Aunque el liderazgo es un término que engloba diversas habilidades directivas que un verdadero líder debe cumplir, existen diferentes estilos para ponerlas en acción. Algunos son más jerárquicos, otros son más prácticos, pero todos tienen el objetivo y el deseo de guiar a su equipo a una misma meta. En esta nota, daremos a conocer uno de los estilos de liderazgo más controversiales: el Laissez-faire.

Su origen se remonta a los inicios del siglo XX en Francia. Tiene como significado ‘dejar de hacer’, ya que se trata de un estilo que propone que el líder disminuya su participación y que la mayor parte de la responsabilidad recaiga en los demás miembros del equipo de trabajo, quienes tienen mayor libertad para organizarse como desean y para tomar decisiones.

 

¿Un líder neutral o un líder ausente? 

 

Un líder Laissez-faire se caracteriza por ser un soporte para su equipo, un apoyo al que recurren cuando se generan dudas. Es un colaborador y no alguien que impone las reglas. Sin embargo, algunos consideran a este tipo de líder como uno que carece de interés por su equipo y por las actividades que realizan. Además, muchas veces se piensa que dicho estilo provoca desorden y desorientación en los colaboradores y, por ende, en sus acciones.

Por tanto, te contaremos brevemente sobre lo bueno y lo malo del liderazgo Laissez-faire:

 

Aspectos positivos

 

  • En el caso de un equipo comprometido y experimentado, este tipo de liderazgo puede proporcionar una gran fuente de motivación, ya que demuestra una gran confianza en sus habilidades y en su profesionalidad. 
  • El rendimiento del equipo no se ve afectado por la ausencia del líder, pues desarrollan la capacidad de gestionar y solucionar los problemas por sí mismos.
  • Al no convocar numerosas reuniones ni esperar por la aprobación del líder para cada detalle, los procesos se agilizan y los resultados se visibilizan con mayor rapidez.

 

Aspectos negativos

 

  • Puede incrementar el individualismo en los colaboradores, lo que afectará el cumplimiento de los objetivos colectivos.
  • Si no hay la madurez y el compañerismo adecuado en el equipo, pueden generarse conflictos entre los integrantes que alteren los procesos y el clima laboral.
  • Ocasiona alta ineficiencia y baja productividad en un equipo que aún no tiene la experiencia suficiente para resolver grandes desafíos y tomar decisiones importantes.

     

Podemos concluir que el liderazgo Laissez-faire puede ser de utilidad en ciertos casos. No siempre será beneficioso para los equipos de trabajo, pero tampoco es tan negativo como lo pintan. Lo ideal es analizar profundamente a nuestra organización y decidir qué estilo de liderazgo es el mejor para nuestro equipo, o tal vez usar más de uno, de acuerdo a nuestras necesidades laborales. 

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