Dicen que la primera impresión es la más importante. En el caso de las marcas, hay mucha verdad detrás de esta frase. El nombre de una marca es la síntesis de toda su identidad. Es uno de los primeros elementos, junto con el logotipo, que atraen al público y permiten la compatibilización con el consumidor. Además, es un factor clave para lograr un gran posicionamiento de marca.

 

Aunque uno creería que el naming es un proceso netamente creativo, la realidad es que es más analítico de lo que parece. Se trata de una estrategia para proyectar adecuadamente la esencia de la marca y lograr los objetivos planteados. No importa qué tan original sea el nombre, si no logra conectar con el target, la marca perderá su valor.

 

Principios básicos que debe cumplir un buen nombre de marca
Para crear un nombre de marca exitoso, es imprescindible cumplir con los siguientes principios:

 

  1. Causar impacto
    El nombre debe ser único y notorio entre los demás. Si es similar a otro ya existente, hay riesgo de que los clientes y posibles clientes los confundan entre sí.
     
  2. Ser breve y conciso
    Para quedarse en la mente de los consumidores de forma más efectiva, es necesario que el nombre sea corto y preciso con lo que quiere transmitir sobre la marca. 
     
  3. Ser agradable para el público
    Leer o escuchar el nombre debe dejar una sensación placentera en el público objetivo.
     
  4. Ser flexible y duradero
    Un buen nombre es capaz de adaptarse al contexto actual y futuro, lo que demuestra la solidez de la marca.
     
  5. Ser creíble
    El nombre de una marca debe seguir teniendo sentido, incluso si la empresa decide extenderse a categorías distintas a la original.
     
  6. Ser sugerente y evocador
    El nombre debe proyectar una imagen positiva. El modo más sencillo de lograrlo es relacionándolo a un concepto en particular que refleje la personalidad de la marca.
     
  7. Ser coherente con el sistema de marcas
    Aunque es primordial que se diferencie del resto, el nombre debe encajar y coexistir con los nombres de las marcas relacionadas.
     
  8. Tener facilidad de escritura y pronunciación
    De esta manera, el nombre de la marca puede empatizar con los clientes y posibles clientes con mayor rapidez.
     
  9. Evitar asociaciones negativas
    Hay que asegurarnos de que el nombre no se pueda malinterpretar en otro idioma, sobre todo si la marca abarcará un mercado internacional.
     
  10. Ser registrable
    Por último, pero no menos importante, se debe tener en cuenta el aspecto legal; es decir, revisar si el registro del nombre elegido no presentará ningún inconveniente. 

 

Podemos concluir en que gran parte del éxito, o el fracaso, de una marca es determinada por el nombre que posee, puesto que se relaciona directamente con la percepción de las personas con respecto a dicha marca. Por tanto, es de suma importancia darle al naming el valor que merece en la construcción de la identidad de nuestra marca.

 

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